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La crisis del s XIV – La Peste Negra

Durante el s XII, tomaron masa crítica muchos de los avances que se habían realizado años antes. El ciclo trianual, la mejora de los elementos de tiro tanto de caballos, como de bueyes, los molinos de viento, el arado de reja, etc. Ello trajo como consecuencia un incremento importante de la cantidad de alimentos disponibles y por tanto un aumento significativo de la población y de las tierras disponibles para el cultivo.

La Gran Hambruna

A principios del s XIV, se produjo un cambio significativo en el clima con inviernos gélidos y veranos lluviosos que impidieron recoger las cosechas y secar la paja que era el alimento para los caballos y bueyes. Probablemente este cambio se fomentó por las erupciones volcánicas de Samala en Indonesia, calificada como una de las mayores en todo el holoceno, y de Tarawera en Nueva Zelanda. Las mismas condiciones climatológicas se prolongaron durante al menos tres años provocando una gran hambruna en toda Europa al norte de los Pirineos y de los Alpes.

Esta hambruna mató al 10% de la población y dejó al resto con graves problemas de desnutrición y muy debilitada. En ciertos lugares, la hambruna llegó a tales extremos, que se llegó a casos de canibalismo y hasta se produjeron infanticidios.

La Peste Negra

Cuando alrededor de 1345, los mongoles de la Horda de Oro pusieron sitio a la colonia comercial genovesa de Caffa en el mar Negro, trataron de vencer la resistencia de los sitiados mediante una primitiva guerra bacteriológica lanzando cadáveres de infectados con la peste negra por encima de las murallas de la ciudad.

El ejército mongol padecía el contagio con la peste que probablemente tenía su origen en China. Al final, este contagio hizo que el ejército sitiador se retirara del asedio a Caffa por la gran mortandad que le producía la peste.

El contagio en la ciudad se transmitió a los marineros de las naves comerciales que anclaban en su puerto. Estas naves llevaron la infección hasta Mesina en el sur de Italia, Antioquía en Siria, Alejandría en Egipto … La peste se propagó por el resto de Europa desde el sur de Italia y desde 1347 hasta el final de este primer brote en 1353.

La mortalidad fue espantosa, en el conjunto de Europa que pudo haber llegado al 50% de la población de antes de la pandemia. Hubo ciudades como Florencia, Hamburgo, Londres en que la mortalidad pudo haber llegado al 70%. Afectó a todos los niveles sociales, aunque sufrieron más las ciudades y lugares más densamente poblados y aquellos que se ocupaban del cuidado de los enfermos como frailes y monjas. La peste ha tenido diversos brotes hasta la actualidad.

En los sucesivos brotes que se produjeron a lo largo del s XIV cada vez se infectaban menos y la mortalidad de los infectados era menor, quizás por una autoinmunidad adquirida por los supervivientes de los sucesivos brotes.

Probablemente la “peste de Justiniano” en el s VI fue también peste bubónica. Esta epidemia, junto con otras causas, debilitó notablemente al imperio bizantino y también al imperio sasánida matando posiblemente al 20% de la población. Esto facilitó las invasiones árabes del s VII.

Existen tres variades de la peste:  bubónica que ataca el sistema linfático y produce inflamaciones en los ganglios, la neumónica que ataca los pulmones y la septicémica que provoca gangrena en diversas partes del cuerpo. La mortalidad aumenta desde la bubónica hasta la septicémica llegando en esta última casi al 100%.

La causa que produce la peste es la bacteria Yersinia Pestis presente en las pulgas que son transportadas por las ratas. Al morir las ratas, las pulgas la abandonan y tratan de encontrar otro huésped como el ser humano, infectándolo de la peste. En aquel tiempo no existía remedio contra la peste. En la actualidad se trata con antibióticos (estreptomicina …).

Consecuencias de la peste negra

Las consecuencias de la peste negra en la Europa del s XIV fueron muy profundas en casi todos los aspectos que afectaron a la vida de las gentes. El s XIV marcó un hito en la historia demográfica, social, cultural y religiosa de Europa.

Las consecuencias sociales de la gran mortalidad, que afectó de forma primordial a los campesinos ya que formaban el 90% de la población, fueron la despoblación de las tierras dejándolas sin cultivar y provocando una disminución importante de la cantidad de alimentos. Por otra parte, los campesinos que habían sobrevivido pudieron conseguir de los señores unas mejores condiciones, liberándose muchos de ellos de la servidumbre. De la misma forma, al quedar muchas tierras sin cultivar éstas perdieron valor y, como consecuencia, los campesinos mejoraron su nivel de vida y los señores la empeoraron.

Lo anterior, provocó una cierta dislocación del orden feudal. Muchos campesinos dejaron de pagar con su trabajo el usufructo de las tierras y pasaron a pagar en moneda una renta por el mismo concepto quedando con la propiedad total de los productos de la tierra que pudieron comercializar libremente. Esto provocó un aumento del circulante que favoreció el incremento de un incipiente capitalismo. El campesino fue pasando paulatinamente de siervo a colono.

Hubo también consecuencias religiosas no apreciadas a corto plazo, pero sí a medio y largo plazo. La Iglesia era la gran madre protectora a quien acudir en última instancia; pero, en este caso, a pesar de las numerosas oraciones y súplicas no se consiguió alivio para la desgracia. De alguna forma se personalizó en el clero y que junto con notables escándalos posteriores por falta de ejemplaridad moral (corrupción, situaciones inmorales …) llevaron a facilitar un alejamiento de la iglesia que posteriormente cristalizó en la reforma.

Ese mismo desprestigio afectó a la iglesia como gran maestra e intérprete de la palabra de dios en las escrituras y custodia del pensamiento agustiniano. Se potenció una manera de pensar más libre e independiente, que apoyada en las recientes universidades y en el resurgir del Aristóteles tomista, fue mirando más al mundo y a las personas que a las grandes verdades y que en definitiva llevó al humanismo y al pensamiento renacentista.

Las consecuencias en la medicina fueron mucho menos importantes ya que para los conocimientos de la época era absolutamente imposible curar a los enfermos de la peste. Solamente en Venecia se consiguió un procedimiento para luchar contra el contagió: la cuarentena. En un recito fuera de la ciudad, se aislaba a los viajeros, comerciante, etc. que venían de fuera durante cuarenta días, que parecía que era el período de tiempo de incubación de la enfermedad. La disminución de los contagios provenientes de fuera de la ciudad demostró la eficacia de la medida que se ha venido aplicando hasta hoy mismo.

Como final de esta historia, citaremos a Bocaccio como autor del Decamerón que narra la historia de diez jóvenes florentinos que huyen de la peste y se refugian en una villa cercana situada en el campo. Allí se distraen narrando cuentos sobre varios temas en general mundanos y de amores. Se considera a Bocaccio junto con Petrarca y Dante como los iniciadores de la literatura italiana renacentista.

Nov/21

FPR

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