Desde hacía siglos, Europa codiciaba dar con la fórmula de la pasta de porcelana dura que se fabricaba en China. Hubo intentos desde el siglo XVI por conseguirla sin resultados. Ya en el siglo XVII se llega a conseguir un tipo de porcelana “tierna” en la que trabajaban factorías importantes, como la de Chantilly o Saint-Cloud, entre otras. Finalmente, en 1709 un alquimista sajón llamado Johann Friedrich Böttger, daría con la fórmula en la factoría de Meissen. A partir de entonces, Meissen será el referente de todas las manufacturas de porcelana tierna en Europa, no en la calidad de su pasta (un secreto bien guardado), que seguiría siendo porcelana tierna, sino en sus tipos decorativos.
En Francia en 1738 se funda la fábrica de porcelanas tiernas “a la manera de Sajonia” en el Castillo de Vincennes, a pocos kilómetros de París. Se hacen piezas de vajilla con los fondos de color y las flores pintadas, similares a las de Meissen, con tal éxito, que la fábrica se verá abocada a aumentar su producción. El Castillo de Vincennes se les había quedado pequeño y se piensa en un traslado a unas instalaciones más amplias. Es entonces cuando Madame Pompadour, favorita del rey Luis XV de Francia, decide donar unos terrenos en Sèvres para que se construya una nueva fábrica. El traslado se realizará en 1756.
Ya instalados en Sèvres, Luis XV pasaría a ser el mayor accionista de la fábrica que recibirá el título de “Manufactura Real de Porcelanas” reforzando sus privilegios y prohibiendo que los tipos fabricados en otras manufacturas francesas copien a Sèvres. Se adopta la marca de las eles cruzadas del anagrama real. El rey se siente orgulloso de su fábrica de porcelanas, siendo él mismo además de propietario, su principal cliente. Todos los años hacía una subasta de piezas de Sèvres en su comedor privado en el palacio de Versalles, a la que acudía la alta nobleza francesa y también de otros países, invitados por su majestad.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII Sèvres llegaría a desbancar incluso a Meissen, en producción y fama.
En 1768 aparecería la pasta de porcelana dura en Sèvres, sin embargo, era tanto lo que gustaba la pasta de porcelana anterior, que seguirían trabajando también en pasta tierna.
Pasados algunos años, llega la Revolución y prácticamente la producción se detiene. Pero con la llegada de Napoleón Bonaparte y su apoyo a la fábrica, resurgiría de nuevo con éxito.
Durante todo el siglo XIX se mantendría, aunque con altos y bajos. En 1851 en la Gran Exposición de 1851 aparecerían con los grandes jarrones para la decoración de interiores que fueron llamados entonces “muebles artísticos”. Uno de estos grandes jarrones sería regalado por la emperatriz Eugenia de Montijo a la reina Isabel II de España.
Durante el siglo XX y hasta ahora, la fábrica ha seguido activa, pero sin el protagonismo de antaño.
*En la imagen, un enfriador de copas de Sèvres de estilo neoclásico, realizado en 1775.